Trasnominación
Debate
en torno a un abuso retórico
Dada la humana
condición gregaria, ¿cuán gobernable resulta el conjunto social?
El maestro Sigmund Freud, incurriendo éste en un exceso metonímico, tildó de imposible a la faena de gobernar.
En vez de decir
que, por principios a elucidar, el humano resulta ingobernable, saltó directo a
la consecuencia de que, en función de lo ingobernable, gobernar es imposible.
En la práctica, obviamente, el tema se presenta de ese modo; no obstante, metodológicamente, el desplazamiento de la causa a su consecuencia aminora el buen estudio de la estructura prínceps: el hecho social, en sus múltiples dimensiones, constituido por seres ingobernables.
Si no abundásemos en esa mala costumbre, la de tomar a la parte por el todo y viceversa, nos enfocaríamos en la pregunta de qué hace díscola a la gente y qué posibilidades existirían de subvertir esa posición aparentemente inexorable.
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