Guerra a la guerra
¿Se llega a captar lo absurdo, metonímico y paradójico que implica estar en contra de la guerra?
Oficialmente, todos la rechazan.
No obstante su carácter horrendo, un desnudo instrumento inercial como todos los otros; esgrimido desde los comienzos del hombre.
Se comprueba que, cuanto más se la deplora, más se facilita su empleo.
Como sucede con otros aparejos terribles, lo racional pasa por atender a tiempo los desacuerdos que pretextan su utilización.
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