Explícaselo a Franz Kafka
Hacendoso del psicoanálisis, las matemáticas, la producción de textos, la medicina y de diversas artes de tinte esotérico, él no soportaba la estructural falta de ser.
Un día la policía, con una orden de allanamiento basada en una denuncia de curanderismo, pretendió arrestarlo. Él aceptó la acusación, aunque esgrimió que también ejercía la medicina; para lo cual exhibió su diploma y matrícula.
La patrulla quedó desconcertada. Él comenzó a exponerles que su intolerancia a la falla ontológica le producía un efecto centrífugo: Alef 1, la Potencia del Continuo. Y que, dichosamente, siempre acudía en su favor el discreto ángel paternal: Alef 0, la entrada a la metáfora, a la “diritta via”.
Una policía, al entender que se trataba de una elaboración que le deleitaría conocer a fondo, sufre un desmayo de causa emocional.
Sus camaradas la asistieron y de paso, disimulando el estado de perplejidad colectiva, se retiraron sin descuido de las apariencias.
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