Armas para todos

En un encuentro social, alguien me preguntó a qué me dedico... ¡Como si el tipo no lo supiera!

Para su desconcierto y el mío, asomó mi sublimado espíritu bélico y le respondí:

Trabajo en el diseño y la fabricación personalizada de armas.

El bellaco redobló con malicia: 

—¿armas de destrucción masiva? —

Le dije que en cierto modo sí, puesto que la formación de masas degrada el estatus ciudadano.

Se construyen armas para promover el estudio, el progreso intelectual, cumplir con las responsabilidades, disfrutar de la vida, razonar bien, no postergar y lo que se sobreentienda como éticamente válido.

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