Desde el presente hacia el Siglo de Oro Español

                Falsificando a Quevedo

Malentendidos entre un hombre ilustrado y otro profano.

Era un día caluroso cuando Gómez se encontró con Pérez.

Gómez, al ver en el jardín una flor marchita, suspiró y dijo: -"Qué flor tan lacia¹"-.

Pérez, que asoció lacia con una pulida cabellera, creyó que se estaba diciendo que la flor era linda y respondió: -"Pero es una flor un poco fea. Allí se ve otra bien parecida"-, señalando a una colorida y fresca.

Gómez, extrañado por la respuesta de Pérez, intentó explicarle que lacia significaba marchita. Pérez no comprendió y siguió pensando que Gómez decía que la flor estaba buena.

El malentendido aumentó cuando el desengañado Gómez dijo: -"Observa esta flor (por la que estaba bien) ¡es inmarcesible²!-".

Pérez, más confundido que antes por esa palabra jamás escuchada, se terminó haciendo el distraído y cambió de tema.

"Todos los que parecen estúpidos lo son y, además, también lo son la mitad de los que no lo parecen". (Quevedo dixit).

¹ Marchita.

² Inmarchitable.

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