¿Por qué no la guerra?

En su singularidad, la guerra opera como un síntoma en el sentido freudiano. En sus manifestaciones, cuando al menos una de las partes se considera imperdonablemente agraviada, se produce la guerra; declarada o no.

Si el Edipo es la única estructura existente, la cual, per se, resulta insuficiente para forjar sujetos capaces de autonomía… ¿Por qué no la guerra?

Si la metáfora paterna tiene sus limitaciones, en tanto y en cuanto solo dispone del significante fálico… ¿Por qué no la guerra?

Si los tótems y sus respectivos tabúes solo han funcionado en pequeñas comunidades, la mayoría ya extinguidas… ¿Por qué no la guerra?

Si todo sistema jurídico explícito es vivenciado con suspicacias que llegan al rechazo… ¿Por qué no la guerra?

Si el accionar de los gobernantes resulta un oprobio para los ciudadanos -que no se dedican a gobernar o hacer política-… ¿Por qué no la guerra?

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