Crímenes Perfectos

A un novel escritor le encargaron un cuento sobre un matador serial.

El genio lo envió a un Sindicato de Camioneros donde uno de sus afiliados, chofer de larga distancia, se declarase misántropo.

El personaje, que tendría conocimientos del ocultismo y la cábala, comenzaría a escribir provocadoras y turbulentas frases en el paragolpes del acoplado.

En ruta, alguien susceptible las leería y le causarían un trance, un descuido y el accidente fatal.

El carácter criminal de las leyendas y de la intención del camionero saltarían a la vista, pero, al no haber leyes que las prohíban, ni tampoco al odio, el tipo evitaría siquiera quedar imputado.


     Hacia una nueva jurisprudencia

 Ved el tenor de los enunciados:

¿Quién te creés, inservible?

¡¿No te da vergüenza lo que hiciste?!

¿Cómo pensás arreglarlo?

¡Andá… bueno para nada!

¡A un fracasado le va mejor!

¡No tenés caso!

¡Esfumate, que nadie te quiere ver!


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