Un caso... cuando no hay caso
No obstante considerarse hábil en diversos ítems, padecía cual condenado la apatía de los amigos hacia su obra.
Como el joven trasuntaba cierto aire fanfarrón, el psicoanalista supuso que esto hacía cortocircuito con la "natural" envidia (protofálica) gregal.
Entre la neurótica y lo engreído del apenado, el analista apuntó a fomentar la línea del acto; a destituir la neurastenia (-φ) e inclinar la estructura hacia el quehacer simbólico (Φ). Por un tiempo, la fuerza bruta de la fanfarronería favorecería la dinámica.
Para concluir, el que interpreta en nombre del Inconsciente enunció:
—Sus elecciones adolecen de incoherencia. Los amigos se contraponen con sus cualidades—.
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